y dejan un olor a vainilla...
Pasan despacio y nos da tiempo
a tocarlos, besarlos
y echarlos de menos.
Pasan y
quizá con suerte
vuelvan esos...u otros gemelos.
Pasan y nos quedamos
con cara de estatua de hielo,
con voz de espíritu y
con el alma capturada en
una botella que
se pierde en un mar oscuro,
sin saber cuál será su destino.
Pasan los sueños...
31 de agosto de 2011
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